El banderín que engalana la portada y su reverso es el que el Ayuntamiento de Quintanar de la Orden editó con motivo del cambio de fecha de la Feria, con el fin de que sirviera de recuerdo de tal acontecimiento histórico. Recoge en su frontal, y en primer plano, una imagen de la Ermita de la Virgen y de su jardín y, al fondo, la torre de la Parroquia. Al dorso, una representación de Nuestra Señora la Virgen de la Piedad en su carroza. La referencia al cambio resulta significativa: “Nueva Feria”. Este mismo banderín se ha utilizado en los libros de Feria de 1996 y 2002. En el primero, para rememorar lo acontecido treinta años antes; en el segundo (y sólo su frontal), para poner en paralelo un mismo acto celebrado en fechas muy distantes: el corte de banda con el que se inaugura la Feria.
Curiosamente esa imagen de la Ermita de la Virgen es la que aparece en la portada de una de las más ricas fuentes de información que existen sobre la historia de nuestro pueblo y que lleva por título Quintanar y su tesoro, libro publicado en 1925 y reeditado por la Mayordomía de forma facsimilar con motivo del 650 aniversario de la aparición de la imagen de la Virgen.
Parece que el destino vuelve a traernos el dibujo de un jardín (el de la Piedad) que este año cumple su 150 aniversario, según nos dice uno de nuestros historiadores pretéritos: el presbítero D. Francisco María Martínez Marín, en su Nota Histórica de la M. L. Villa de Quintanar de la Orden y de su Excelsa Patrona la Virgen de la Piedad de 1881.
Presentación del alcalde
Ya en aquel tiempo, hace ahora 50 años, el libro de Feria se iniciaba con un texto del alcalde. En esa ocasión, con el título de “Mirando a la Feria”, el de entonces, D. Enrique López Brea, invitaba a los quintanareños a divertirse con prudencia, con sana alegría, en un clima de fraternidad, entregándose a exaltar “el gran amor de nuestra Patrona”. Prometía espectáculos para todos y recordaba “que nuestro derecho no tiene un concepto absoluto, ya que es obligado el respetar el de los demás”, seguro de que no habría “sembradores de escándalo” que perturbaran la fiesta compartida con los amigos de fuera.
Haciendo historia
Nuestro admirado y recordado Martín de Nicolás iniciaba en el libro de Feria de 1966 una serie de escritos referidos a la historia de nuestro pueblo. Con el título “Quintanar ayer, hoy y mañana” hacía un breve recorrido por el pasado, presente y futuro de la Muy Leal Villa. Afirmaba en él que la historia de Quintanar era muy fácil de resumir aludiendo a la existencia de hombres aguerridos y tenaces que supieron desarrollar un sentido comunitario que impulsó “la ascensión y grandeza de Quintanar”.
En su mente están cuando se refiere a su tiempo, el de la Feria de 1966, inmerso en una fuerte crisis agrícola y económica causante de continua inmigración, de pesimismo y abandono. Por eso, para nuestro insigne historiador, el Quintanar del mañana necesita hombres tenaces que se esfuercen en buscar nuevas formas de riqueza adaptadas a la época. Y, como buen visionario, señala que lo esencial está en el trabajo en equipo, en la asociación en el campo, en la industria, en el pequeño comercio…
El programa de festejos
Desde que se aprobara la celebración de la Feria en el mes de Agosto (el 3 de Junio de 1966), poco tiempo quedaba para organizar festejos y preparar el libro con su programación. A pesar de ello, para ese mes se publicó un folleto sencillo, acorde con la época. Lo que le adornaba era su portada, con un dibujo de Don Quijote enfrentado a un molino, obra del inconfundible y afamado pintor criptanense Francisco Valbuena , que supo expresar a las mil maravillas el paisaje y paisanaje manchegos. Como el azul añil de su fondo. Sobre él, y en rojo, las palabras “QUINTANAR” y “ORDEN”, combinadas en blanco con la preposición y el artículo, además de su firma y la telegráfica frase “FERIA-AGOSTO-1966”. Un año de conmemoración (el del 350 aniversario de la muerte de Cervantes). Librito humilde, sin anuncios ni imágenes. Sólo texto. No era la primera vez que Valbuena adornaba la portada del libro de la Feria. Lo hizo, también, en los años 1960, 1964 y 1965.
El gran cambio
El libro de la Feria de 1966 estaba repleto de alusiones al cambio de fecha. Ya en las palabras introductorias de la Corporación Municipal se da las gracias a todos aquellos amigos que con gran entusiasmo “han colaborado en la preparación y organización de nuestra NUEVA FERIA” y, también, a aquellos que han aportado dinero para dotar de esplendor unas FIESTAS “como nuestro pueblo se merece”. Martín de Nicolás, en su contribución al libro, se congratula con lo que califica de “conjunción antigua” y que es la de asociar las fiestas de la Virgen con las ferias quintanareñas, preguntándose si eso no será un símbolo de la vuelta a las viejas virtudes de nuestros paisanos.
Y el joven autor del otro texto que aparece felicita a la Corporación Municipal por haber tenido el acierto de “anteponer lo práctico a lo tradicional”, haciendo más factible que la feria sea “brillante y alegre” en fechas más propicias que las anteriores y a pesar de haber “lesionado algunos intereses particulares”.
¿Con qué nos divertíamos?
El “Programa Oficial de Festejos organizados por el Excmo. Ayuntamiento de esta M.L.V. Agosto. 1966” da cuenta de ello. Si bien lo que se había aprobado en aquel Pleno extraordinario de 3 de Junio había sido celebrar la Feria del 17 al 20 de Agosto, el programa de entonces recogía actividades desde el día 14 hasta el 21, aunque la apertura de la Feria se celebrase el martes 16. Ese día, en el Parque Municipal y a las 21 hs., tras un desfile de gigantes y cabezudos, se llevaba a cabo la imposición de bandas a Reina y Corte de Honor y el pregón. El resto de los días, variedad de eventos de todo tipo: deportivos, musicales, taurinos, gastronómicos…Y las alegres dianas.
La Banda de música
El musicólogo quintanareño D. Jesús Muelas Sierra, en su libro La Banda de Música de Quintanar de la Orden, nos da cumplida cuenta del estado de nuestra banda en los años de los que hablamos. Por aquel entonces su director era D. León Serí, compositor, “clarinetista y maestro de varias generaciones de músicos”, que se había hecho cargo de la banda tras la marcha de D. Benjamín Barajas y en un momento difícil. Según nos dice el autor aludido, al haber mermado la corporación debido a distintas razones, su actividad se había reducido a tocar en las fiestas locales. Sirvan estas líneas para rendir nuestro particular homenaje a un profesional que, con dedicación y esfuerzo, supo mantener la pervivencia de la banda y promover su cantera.
¿Y por qué no en agosto? Conmemorando el 50 aniversario del cambio de fechas de nuestra Feria.
Todos hemos oído alguna vez que, antaño, la Feria de Quintanar de la Orden se celebraba en el mes de Septiembre. Y también, que se pasó a Agosto porque este mes ofrecía mejor tiempo. Pero el cambio no se hizo sin meditar, sino que “trajo cola”, debatiéndose el asunto en varias sesiones del Pleno de nuestro Ayuntamiento, tal y como se refleja en sus actas.
Corría el año 1966. Siendo alcalde D. Enrique López-Brea, en la sesión ordinaria del Pleno del Ayuntamiento celebrada el 18 de Abril, los señores concejales D. Lupirino Rodríguez Nieto y D. Manuel Carrión Villaseñor proponen a los presentes el cambio de fechas de la Feria de Quintanar de la Orden. Hasta el momento, y con alguna excepción , este gran acontecimiento venía celebrándose desde hacía años en el mes de Septiembre con motivo de la festividad del patrón del pueblo, el Santísimo Cristo de Gracia. Las fechas propuestas son las que van del 17 al 20 de Agosto, basándose en un estudio realizado sobre las ferias de los alrededores.
El concejal D. Doroteo Perea Contreras se opone y propone, a su vez, adelantar las fechas de entonces a los días del 14 al 17 del mes en que se celebra. A partir de ese momento, se inicia un debate en el que participan distintos concejales. Oídas todas las intervenciones, D. Manuel Carrión plantea sondear la opinión al respecto de una muestra de feriantes, comerciantes de la localidad y otras personas representativas. Lo que se aprueba por unanimidad, creándose una Comisión al efecto, compuesta por los señores Perea, Rodríguez, Carrión y Leganés Iniesta.
Algo más de un mes más tarde, el 23 de Mayo, se presentan los resultados de la encuesta en una sesión extraordinaria del Pleno del Ayuntamiento: 388 encuestados a favor del cambio y 121 en contra. A partir de ese momento los argumentos en uno u otro sentido (pasar la Feria a Agosto o adelantarla en Septiembre) se suceden, aportando cada “defensor” distintas opiniones externas a la Corporación. El primero en intervenir es D. Manuel Carrión, que invita a los presentes a tener en cuenta distintos aspectos a la hora de considerar que la Feria se celebre en Agosto, y pasa a exponerlos.
El primero de ellos, el resultado de la encuesta, que es evidente. Por otra parte, el hecho de que los presidentes de los Sindicatos locales convocados se hayan pronunciado en su mayoría por Agosto. También, la mayor estabilidad atmosférica de ese mes. En cuarto lugar, el hecho de que la recolección de cereales acabe en el mes de Julio, permitiendo buenos ingresos. Y, en relación con las tareas del campo, el adelantamiento de la vendimia. Además, la mayor parte de los emigrantes quintanareños está a favor del cambio porque así pueden aprovechar sus vacaciones para acudir a las fiestas. Y, por último, el hecho de que cualquier espectáculo de diversión resulta más rentable en esas fechas al hacer mejor tiempo que en Septiembre.
Por su parte, D. Doroteo Perea, en defensa de adelantar sólo unos días las fechas del momento, asegura que éstas permiten dar mayor esplendor a las fiestas en honor del Santísimo Cristo de Gracia y asegura que las razones atmosféricas y las referidas al adelantamiento de la vendimia no tienen suficiente peso porque bastaría con el adelanto que propone. Para reforzar su postura, solicita que se dé lectura a la carta que la Mayordomía ha hecho llegar a la Corporación Municipal en la que expone que los cultos al Santísimo Cristo de Gracia vienen celebrándose en las fechas presentes desde tiempo inmemorial y que no habría tiempo para las celebraciones de las fiestas de los dos patrones, ya que la de Nuestra Señora la Virgen de la Piedad y su novenario se dan del 6 al 15 de Agosto. Los mayordomos exponen su temor de que, al no celebrarse la Feria en las fechas de Septiembre, no haya asistencia de público en la celebración del patrón.
Tras la lectura de la carta de la Mayordomía, D. Manuel Carrión pide que se haga lo mismo con el Informe de la Delegación Comarcal de Sindicatos, donde se muestran unánimes con el cambio de fecha (salvo el día 20) por el mejor clima, la mayor afluencia de naturales de Quintanar, la ausencia de faenas de recolección de cultivos de la localidad y comarca, la falta de ferias o fiestas de importancia en la zona, haciendo de la nuestra un foco de atracción, la coincidencia con otras fiestas para que a los feriantes les resulte más cómodo el desplazamiento, la posibilidad de efectuar jornada intensiva en la industria para dejar la tarde libre y las favorables condiciones económicas en general favorecidas por las pagas extra recientes o las cosechas recién vendidas, entre otras razones.
Por si no fuera suficiente, en la misma sesión se presenta una memoria a favor del adelanto de las fechas de Septiembre. Las razones expuestas son variadas y de peso. Se trata de una fecha más próxima a la tradicional y, por ello, el cambio no supondría gran trastorno. Por otra parte, habría mayor afluencia de feriantes al no coincidir con otras fiestas que se celebran en Agosto. También habría mayor facilidad y posibilidades para confeccionar la corrida de toros al tener mayor disponibilidad de fechas los toreros. Y, por último, se daría una relación cronológica con ferias del momento, como la de Aranjuez o Villacañas.
A continuación, la intervención de distintos concejales a favor de una u otra opción, no se hace esperar. El ambiente se tensa y el Alcalde opina en el sentido de subrayar la importancia que debe darse a los resultados de la encuesta, de forma que el Ayuntamiento se sienta “moralmente obligado a adoptar dicha fecha”. Sus palabras se reciben con más intervenciones que manifiestas posturas “irreductibles”, según califica el Secretario que toma nota. El señor concejal D. Vicente Carrión considera que debe darse un voto de confianza a la Comisión creada al efecto mientras que D. Doroteo Perea se opone a ello y pide que se vote el asunto. En ese momento el Alcalde da por concluida la discusión y, ante la disparidad de pareceres e invocando el artículo 22.9 del Reglamento de Organización y Funcionamiento de las Corporaciones Locales, invita a los presentes a la votación nominal, dándose el siguiente resultado: 4 a favor del cambio al mes de Agosto y 5 del adelanto de fechas en el mes de Septiembre.
A estas alturas del relato, y teniendo en cuenta lo dicho, se preguntarán porqué la Feria se celebra desde hace 50 años en Agosto. El 3 de Junio del año del que hablamos, en otra sesión extraordinaria del Pleno, el Alcalde expone los problemas que se han planteado por fijar la fecha de la Feria del 14 al 17 de Septiembre y el gran malestar causado en grandes núcleos de la población, por lo cual, y con el fin de resolver la cuestión, solicita a los presentes un voto de confianza, que se le concede por unanimidad. Y acuerda fijar las fechas de la Feria del 17 al 20 de Agosto por los resultados obtenidos en la encuesta referida, solicitando a la Corporación que ratifique el acuerdo adoptado por él mismo en virtud del voto concedido. Ésta lo ratifica unánimemente. Y hasta ahora…
¿Con qué nos divertíamos?
Entre los acontecimientos deportivos tenemos el fútbol. El entonces C.D. Quintanar se enfrentó con el Plus Ultra de Madrid, el Real Madrid C. de F. y “un potente equipo que oportunamente” se anunciaría. También una carrera ciclista, el XIII Cinturón Manchego, con 115 kilómetros de recorrido entre Quintanar, El Toboso y la Venta de Don Quijote y bajo la dirección de Federico Martín Bahamontes. El tenis, en la Pista de la Colonia “San Valentín” los días 19 y 20 y a las 9 de la mañana. El tiro al plato y otras competiciones deportivas sin determinar.
La Reina y las damas
Cinco guapas veinteañeras, amigas de toda la vida, fueron las escogidas para ostentar tales títulos. Sus nombres: Flor López-Brea Justo (Reina), Angelines Nieto González, Loli García Verdugo, Laura Molina Nuño de la Rosa y Emilia Justo Moreno. Los recuerdos de esos días aún están frescos en sus memorias: El desfile inaugural hasta el Real de la Feria, la copa ofrecida por el Ayuntamiento enLa Reina y las damas la Pista Municipal, la corrida de toros con mantilla y los bailes nocturnos con orquestas de postín y jóvenes pretendientes. Días inolvidables que, en algún caso, cambiaron sus vidas para siempre.
El único “pero” es que, como la apertura de la Feria se celebró el día 16, no pudieron acompañar a la Virgen en procesión, como desde hace años se viene haciendo. Ni pudieron ejercer como Reina y Corte de Honor en la ofrenda que el señor Alcalde y sus Concejales hicieron a nuestra Patrona, antes de la celebración de la solemne función del día 15 de Agosto, en la Iglesia Parroquial, de la Medalla de Oro de Alcaldesa. Desde estas líneas queremos dedicarles nuestro particular homenaje, especialmente a Loli, que ya no está con nosotros.
¿Con qué nos divertíamos?
En cuanto a los eventos musicales, no sólo se celebraban los “selectos bailes con actuación de orquestas y atracciones de fama internacional” en la Pista Municipal sino, también, y para el público en general, el festival musical “Fiesta de la espiga”, con la participación de coros venidos de Toledo, Alcázar de San Juan, El Romeral, Lillo, El Bonillo, Mora y Villanueva de Alcardete.
Además de corrida de toros y espectáculo cómico taurino, escogidas películas en los cines Princesa, Avenida y Cervantes y exposiciones de maquinaria agrícola, circos y atracciones en el Real de la Feria.
De todos estos eventos llama la atención uno que no sé si podríamos calificar de antecedente de nuestro baile del vermut y del mojito. El día 19 de Agosto de 1966 se celebró, a las 12 de la mañana, una competición de bebedores de cerveza.
La Fiesta de Agosto
Aunque la Feria se celebrara en Septiembre en honor del Santísimo Cristo de Gracia, en el mes de Agosto también se organizaban fiestas para loar a la Virgen de la Piedad. En un programa de 1964, editado por la Mayordomía e impreso conjuntamente por las dos imprentas locales, bajo el título de “Fiestas de Agosto”, se aglutinan interesantísimos carteles anunciadores del comercio y la industria local, piadosos textos y fotos, además de un Programa Oficial de Fiestas que da cuenta de los actos a celebrar. El novenario tenía lugar del 6 al 14 de ese mes, con predicación de D. Antonio Moure Cortés y la actuación de la Escolanía Infantil de la Parroquia de Santa María de Alcoy. El día 14, vísperas solemnes por la tarde y, por la noche, tras la Salve y a las 23.30 horas, la Cabalgata del Pregón desde la Iglesia Parroquial al Parque Municipal, donde se celebraría la “Fiesta Nocturna 1964” y se asistiría a una bonita exhibición pirotécnica.
Para el día 15 quedaba la solemne Función (a las 10 de la mañana) y la “majestuosa” Procesión de la reverenciada imagen por “el itinerario de costumbre”, acompañada de todas aquellas señoras que deseasen hacerlo vestidas con mantilla. Para terminar, el día 16, inauguración de la Ermita de la Virgen tras su parcial restauración, bendición de un nuevo Sagrario y, por la tarde, celebración de un partido de fútbol disputado por el equipo local contra el Albacete Balompié, “de tercera división”.
El recuerdo de los ausentes
Aunque aún no se celebraba este día, ya Martín de Nicolás hacía referencia en su texto a la constante emigración quintanareña de la época. Los ausentes siempre han estado presentes en la celebración de nuestras fiestas. Y así lo demuestra el escrito semi-anónimo (lo firma A.A.T.) que se incluye en el programa del año 1966 con el título “De un joven universitario”. En él, el autor confiesa verse “en el grave compromiso de escribir algo sobre la juventud de Quintanar”. Y, en ese afán, no puede por menos de asociar el tema impuesto con la juventud del pueblo “que por unas razones u otras se encuentra ausente de sus hogares”, calificando esta circunstancia de “éxodo tan tremendo” y procurando determinar las causas y consecuencias que han conducido a ella.
Según él, una de las principales razones es “el aletargamiento” en el que ha vivido y vive la generación precedente, satisfecha con lo que ha hecho y sin más aspiraciones, contraria a un progreso al que aspiran los jóvenes del momento, que han tenido que marcharse fuera en busca de dar cumplida cuenta a sus aspiraciones e inquietudes. ¿Qué sería de un Quintanar sin jóvenes? Como bien dice el autor, “tengamos confianza en que poco a poco se solucione el problema y la juventud de Quintanar vuelva por sus lares, pues no se tenga la menor duda de que la mayoría, por no decir todos, a la menor oportunidad que encuentren volverán a los lugares que les vieron nacer y que son fuente inagotable de entrañables recuerdos”.
Recuerdos infantiles
La Feria siempre ha sido para los niños un gran acontecimiento. Es cierto que entonces se vivía con más ilusión que ahora porque, como todos sabemos, no había tantas opciones para divertirse. Los caballitos y el tren de la bruja no estaban el resto del año y, de repente, aparecían allí, aunque llevásemos días esperándolos. Otro de los alicientes infantiles de la Feria era el de ir al circo: payasos y animales nunca vistos tan cerca. Ese hedor… y la arena metiéndose en las sandalias. Pero si te gustaba también la Feria era por el regalo prometido. Te pasabas todas las fiestas mirando los puestos y tómbolas para elegir aquel que te iban a feriar el último día.
¡A los toros!
Los espectáculos taurinos se programaron para los días 18 y 19. El primero, una grandiosa corrida de toros con los afamados diestros Joaquín Bernardo, Fermín Murillo y Efraín Girón y las ganaderías de D. Laurentino Carrascosa y D. Ventura Márquez de Prado. Y el segundo, un espectáculo cómico-taurino con el título de “Fiesta española”. Ambos por la tarde. Según nos dice Saturnino Moreno Arroyo en su Historia de las corridas de feria en la plaza de toros de Quintanar de la Orden. 1880-1971, la corrida no se pudo celebrar al ser suspendida por la lluvia. Sin embargo, Mencheta, en el ABC (Edición de Andalucía) de 19 de Agosto de 1966, nos da cuenta detallada de lo ocurrido, con vuelta al ruedo de dos toros, ovaciones y reparto de orejas.
Y ¿qué harían nuestros mayores?
Por lo que nos cuentan sus hijos, los mayores de la época participaron y disfrutaron como el que más de casi todos los eventos organizados por el Ayuntamiento, a pesar de las duras palabras que el “joven universitario” A. A. T. les dedicaba en su escrito del libro de la Feria del año que conmemoramos. Todo daba comienzo con el novenario ofrecido a la Patrona, que culminaba con la solemne Función y la devota Procesión de la venerada imagen. Los que pudieron, el día 16 de Agosto a las 9 de la tarde, se acercaron hasta el Parque Municipal para ver la imposición de bandas a Reina y Damas, y disfrutar del desfile de gigantes y cabezudos. Algunos asistieron el día 17 a la carrera ciclista con la ilusión de ver a su director, el afamado Bahamontes y, por la tarde, al fútbol. Otros tantos, ya con sus entradas compradas, no quisieron perderse el día 18 la “grandiosa corrida de toros” y ver actuar a los famosos toreros que ese año pasaron por Quintanar o, el día 19, el espectáculo cómico taurino de la tarde.
Por supuesto que en el Real de la Feria pasearon viendo las exposiciones de maquinaria agrícola, asistieron al circo y curiosearon las atracciones… eso, si no se fueron al cine. También es cierto que algunos prefirieron quedarse en las puertas de su casa, tomando el fresco. En relación con este asunto conviene recordar que ya en las Ferias de 1967 y 1968, el Ayuntamiento de Quintanar de la Orden decidió dedicar un homenaje a los mayores brindándoles un vino de honor en el recordado Hotel Villa Moderno a las 12.30 hs.
Isabel Villaseñor Rodríguez
Cronista Oficial de la Muy Leal Villa de Quintanar de la Orden
Publicado en el libro de festejos de 2016