La agrupación y el solista pusieron el broche de oro al XXVII Festival de Música La Mancha con un concierto que no dejó a nadie indiferente y que hizo disfrutar y transportarse al público a los distintos continentes y civilizaciones.
El Festival de Música La Mancha ponía fin a su vigésimo séptima edición con un magistral concierto que ofreció la Banda Sinfónica Municipal dirigida por Sebastián Heras que acompañó al solista, constructor y multiinstrumentalista Abraham Cupeiro.
El acto, que contó con la presencia del director técnico del Festival, Manuel Millán; el concejal de Cultura, José Ángel Escudero y concejales del equipo de Gobierno municipal, resultó todo un éxito y el público asistente disfruto de un concierto diferente que le transportó a distintos continentes y civilizaciones gracias a la variedad de instrumentos que Abraham tocó sobre el escenario, la mayoría desconocidos, perteneciente a tiempos pasados y que este músico e investigador ha recuperado para sorprender y deleitar al espectador en sus conciertos.
El director técnico del Festival, Manuel Millán, afirmaba que esta edición del Festival ha sido especialmente difícil y emocionante después del parón del pasado año por la pandemia. Sin embargo, esta edición se ha convertido, dijo, el punto de partida para las siguientes. “Se ha hecho con mucho entusiasmo y con el apoyo incondicional del Ayuntamiento de Quintanar de la Orden y el hecho de que ustedes estén aquí es el mayor premio, es el revulsivo para volver el año que viene, para descubrir nuevos espacios donde celebrar los conciertos y disfrutar de la música”.
Por su parte, el concejal de Cultura, José Ángel Escudero, que agradecía a todos la presencia en el concierto y la participación en el Festival de Música La Mancha, lamentaba que el pasado año el Festival no pudiera celebrarse debido a las circunstancias sanitarias. “La pandemia que aún nos castiga, que nos ha arrebatado a nuestros seres queridos, que nos ha condicionado nuestra salud y nos ha alterado completamente nuestra vida, también se ha llevado por delante uno de los bienes intangibles más preciados y populares: la cultura”. En ese sentido, destacaba el esfuerzo que sanitarios, científicos y sociedad civil, han realizado para intentar recuperar la normalidad y muestra de ello es la celebración de este XXVII Festival de Música “una edición corta, modesta pero esperanzadora que abre un camino a la recuperación de la oferta cultural de calidad en nuestra población, donde se siempre se ha apostado por ser un referente comarcal”.
Escudero subrayaba, sobre todo, la calidad del Festival con los artistas y conciertos que han tenido lugar durante los días previos. Destacaba también la importancia social del festival al colaborar con la Asociación Española contra el Cáncer.
Por último, el edil, agradeció el trabajo, predisposición y empeño a la organización del festival, la colaboración del personal municipal y las empresas que han hecho posible la celebración de esta 27 edición, los componentes de la Banda Sinfónica Municipal, junto con la Escuela de Música Municipal, auténtico respaldo y sustento del festival; y por último, al público, por la respuesta que ha dado participando y asistiendo a los conciertos apoyando la Cultura segura.
Un viaje a través del tiempo
Tras las palabras del concejal y el director técnico del Festival salían al escenario el director de la Banda Sinfónica Municipal, Sebastián Heras y el multiinstrumentista Abraham Cupeiro que se encargó de explicar al inicio de cada pieza, los instrumentos a tocar y su historia.
Los espectadores escucharon música muy novedosa con instrumentos de viento no al uso, pues se mostraron instrumentos que sólo suelen verse en películas pero que, sin embargo, existen. Tal y como explicaba el propio Cupeiro, instrumentos milenarios con enormes posibilidades que han permitido crear unas composiciones sorprendentes. Como si de un viaje en el tiempo se tratara, Quintanar se sumergió en los mares de Oceanía, paseó por la selva amazónica y visitó lugares tan sorprendentes como China, África, América, Bulgaria, la Costa Atlántica o el mismísimo desierto de Arabia, tan solo con el sonido de los instrumentos de Abraham Cupeiro y la orquestación de la Banda Sinfónica Municipal.
Sin duda alguna, un original y magistral concierto que bien puso el broche de oro a un Festival de Música que vuelve a ser referente nacional.